Hay eventos en nuestras vidas que nos sacan el tapete de debajo de los pies y nos tiran de manera inesperada. El dolor que sentimos a causa del evento nos descompone hasta las actividades mas cotidianas. Todo se vuelve pesado cuando nos invade una sensación de dolor fisico que acompaña el dolor del alma. Nuestra energia se desacomoda y nuestros pensamientos se vuelven obsesivos con el evento que nos provoco el dolor inimaginable. Las reacciones a los eventos dolorosos generalmente son determinadas por nuestras heridas emocionales de la niñez. La niñez define nuestro destino emocional y nos tenemos que hacer conscientes de esas emociones porque son como fracturas que nos mantienen encerrados repitiendo patrones con nuestras relaciones hasta que las sanamos y creamos nuevas conexiones sanas. Lo complicado es que las personas que nos causan ese dolor son como una pieza de rompecabezas que encaja perfectamente en esas fracturas. Si no cambiamos la forma de nuestra pieza siempre repetiremos las mismas heridas, las haremos mas profundas. Y nosotros al tener esa forma cooperamos y lastimamos igualmente a la persona que parece ser el agresor. Facilitamos que se repita interminablemente este patron que al final nos lastima colectivamente creando una sociedad enferma, perpetuando una manera de comunicación enferma y lastimosa.
Tenemos la tendencia a no entender con profundidad de donde viene eso que hacemos? porque lo hacemos? cual es la raiz de el sentimiento que dispara las acciones que nos lastiman y lastiman a otros una y otra vez? Generalmente podemos encontrar las razones semilla enterradas en experiencias de nuestra niñez. Pero hay que tomar conciencia y responsabilizarnos de hacer los cambios que nos llevaran a una vida plena y con capacidad de crear nuevas experiencias de amor y confianza. Hay que revisar nuestra mente y nuestras emociones y ordenarlas. Somos parte de un organismo enfermo. Es una enfermedad colectiva que si no tomamos responsabilidad en sanar, acabara por destruirnos. Cuando duele el alma de uno duele la de todos. Un pequeño grupo de células enfermas, si se salen de control, se propagan como el cancer. Somos iguales nosotros. pequeños organismos que si no se hacen responsables de las vibraciones que emanan acabaran exterminándose a si mismos. Cuando mentimos, engañamos, lastimamos y alimentamos esa enfermedad, estamos siendo cancer. Las vibraciones y nuestra conciencia se deben elevar para comenzar a erradicar el dolor. Camina por el metro de la ciudad o por las calles y date cuenta de las caras de dolor que pasan a tu lado. Todos sufrimos por querer encontrar el amor y la honestidad que nos lleve a una vida sin dolor. Pero nosotros mismos no dejamos de lastimar pues al sentirnos lastimados queremos que el otro sienta lo que senti yo. Que se de cuenta. No es así. El dolor nunca se sanara con mas dolor. La persona que lastima, necesita mas amor del que pensamos. No significa que seamos unos tapetes emocionales. Solo significa que hagamos las cosas en base al amor, no al resentimiento del dolor. Un dolor que ademas seguramente propiciamos por no responsabilizarnos de nuestras heridas propias. Nuestro miedo al dolor tiene un poder de creación ilimitado. Las emociones son energia en movimiento. La energia en movimiento desata eventos en cadena que se manifiestan como nuestra realidad. El perdón real y la responsabilidad emocional son las herramientas que tenemos para sanar antes de continuar. No podemos continuar caminando sin sanar nuestras fracturas y solamente provocando mas de lo mismo. PERDONA. SANA. AMA. COMPARTE. COMUNICA. FLUYE. RESPIRA. VIVE FELIZ.
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